Zapatos y la salud de nuestros pies

Zapatos y la salud de nuestros pies

Preferencias en el calzado se manifiestan por doquier, hay mujeres que gustan de los zapatos planos, los puntiagudos, los de plataforma, mientras otras adoran los tacones altos y algunas optan por las zapatillas deportivas.

Para gustos se han hecho todos, por supuesto, pero vale conocer que no solo las ampollas pueden aparecer en los pies femeninos, igual habrá que prevenir algunos padecimientos de salud ocasionados por una inadecuada selección al calzarse.

Bailarinas, impacto de las pisadas

Ganaron fama en la década de 1950 y como en la moda todo va y retorna, las conocidas manoletinas, sabrinas, merceditas y bailarinas, aparecieron nuevamente en los años 80, con sus finas y flexibles suelas. Aunque aparentemente se ven cómodas no proporcionan el soporte adecuado para el pie, ni amortiguan eficazmente el impacto de las pisadas.

Por eso, quienes las llevan en el día a día pueden comenzar a sentir dolor en el Talón de Aquiles, contracturas, calambres y dolor en el arco plantar.

No usar calzado plano para caminatas

Cuando se trata de emprender un recorrido amplio y caminar mucho es aconsejable no emplear bailarinas y zapatos extra planos. Resulta conveniente calzar un zapato con tacón de entre 2 y 4 centímetros y siempre vendrá bien incorporar plantillas específicas para atenuar el impacto de la pisada.

Zapatillas deportivas

Quienes se aferran al uso de las zapatillas deportivas y abusan de ellas al traerlas no solo para practicar deportes –fin para el que fueron diseñadas- estarán corriendo el riesgo de someter los pies a un calor y humedad excesivos, y esa hipersudoración puede traer como consecuencia el padecimiento de hongos e infecciones.

Siempre será bueno alternar, ponerse uno y otro tipo de zapatos, según la ocasión, y si son estos deportivos deberán acompañarse por calcetines de fibras naturales.

Esa puntera estrecha

Es oportuno advertir que los zapatos puntiagudos, con su puntera estrecha oprimen los dedos, y quienes los usan de manera sistemática correrán el riesgo de que se monten unos sobre otros.

Igualmente, habrá peligro de que como resultado de la opresión, los bordes de las uñas sean empujados hacia el interior de la piel y provoquen la uñas encarnadas o uñeros, y con el tiempo esa presión generará una protuberancia ósea, o lo que se conoce comúnmente como dedo de martillo.

Dejar espacio para movimiento de los pies

Si se opta por el calzado de puntera estrecha, deberá tenerse la precaución de escoger los menos dañinos.

Habrá que seleccionar esos cuya puntera deje espacio para que los dedos se muevan mejor y así evitaremos las uñas encarnadas, en cuyo propósito igual influirá que se mantengan cortas y con el borde bien limado.

Tacones altos

De acuerdo con valoraciones médicas, lo ideal es que las mujeres elijan tacones entre 3 a 5 centímetros y los hombres de 1 a 2 cm, pues así protegerán la espalda y evitarán futuras lesiones.

Zapatos con poco tacón

Fuente de la imagen: http://www.ulanka.com/mujer/zapatos-de-tacon/

Porque si bien se desea lucir con mayor estatura y esbeltez, y estar a la moda, vale aclarar que este tipo de calzado provoca dolor en las plantas de los pies, en los dedos, juanetes, callosidades y problemas lumbares.

El zapato de tacón conlleva a que cambie la distribución del peso corporal, pues con su uso elevamos la altura del talón, y cuanto más alto es el tacón, más se carga la zona delantera y más absorbe esta zona la presión de la pisada.

Altos y finos

Si además de calzar tacones altos se agrega que son finos, habrá que tener en cuenta cómo impiden que la pisada sea firme, por lo cual pueden ocurrir torceduras en el tobillo y caídas, porque el tacón se introduce más fácilmente en el pavimento.

Cuando se usen, porque no se puede prescindir de este tipo de calzado bien sea por moda, gusto u ocasión festiva, no deberán superar los 6 o los 8 centímetros, y será conveniente utilizar una almohadilla de gel o silicona para aliviar la presión en la planta.

Plataformas, velar por sistema de fijación

En apariencia parece un calzado ideal, no obstante este tipo de suela no está preparada para absorber los impactos de la pisada, por lo cual puede favorecer la aparición de dolores en rodillas, cadera y zona lumbar.

Quienes prefieran usar sandalias con plataformas deberán velar porque tengan un buen sistema de fijación -hebillas y tiras alrededor del talón- y que además no resulten muy altas.