Efectos de los plaguicidas en la salud

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A pesar de que las plagas pueden enfrentarse con otras vías menos peligrosas, los plaguicidas siguen siendo una de las preferidas. Esto se debe a su probada efectividad, garantizada en parte por los químicos que incluyen.

No obstante, decimos que estos componentes son peligrosos precisamente por eso, por su contenido químico, que además de combatir las plagas también puede ocasionar severos daños a la salud humana y animal.

De ahí la importancia de que si se van a emplear, se tengan en cuenta los riesgos intrínsecos de cada producto para nuestra integridad o los efectos que pueden tener sobre la misma.

Para que se entienda mejor, y de paso quede justificada la pertinencia del artículo que hoy traemos: se trate del plaguicida que se trate, y con independencia absoluta del método en que se aplique, siempre habrá riesgos y amenazas para la salud. Conocerlas y actuar en consecuencia es la única forma viable para prevenirlas o atenuarlas.

Factores de riesgo

Lo dicho a modo de introducción no significa que todos los plaguicidas sean igual de peligrosos o que siempre nos afectarán. Hay factores que determinan la peligrosidad y amenazas potenciales de estos químicos, los cuales podemos definir como factores de riesgo.

Estos son la toxicidad del plaguicida, la cantidad y frecuencia con que se aplica, y el tiempo de exposición al mismo de las personas o animales. Dicha exposición puede ser directa, en el caso de los operarios del producto, o indirecta cuando hablamos de la exposición de vecinos del área fumigada, transeúntes ocasionales, y la población animal y vegetal circundantes.

En dependencia de todos estos factores, se puede hablar de que existen más o menos riesgos para la salud.

¿Más o menos daños?

Atendiendo a estos factores podemos estimar el daño potencial de un plaguicida sobre la salud.

Así, productos más tóxicos son más riesgosos que los de baja toxicidad, y estos últimos pueden ser más peligrosos si se aplican en grandes cantidades y con bastante frecuencia.

En cuanto a la exposición, no es lo mismo vivir en un área en la que se ha aplicado algún pesticida pero no se ha tenido contacto directo con el mismo, situación que de todas formas no es totalmente segura, que exponerse mediante contactos directos, sean por ingestión, inhalación o exposiciones cutáneas (piel y/u ojos).

Efectos potenciales para la salud

Comprendidos los factores de riesgo que pueden condicionar un mayor o menor impacto del uso de plaguicidas en la salud, podemos adentrarnos ahora en algunos de sus efectos potenciales.

En primer lugar tenemos las afectaciones respiratorias y alérgicas. Pueden ser las que primero aparezcan ante el rechazo a los químicos de algún producto, y pueden desencadenar otros efectos secundarios.

Luego, a un mediano plazo, y en ocasiones derivadas de las primeras, podemos hallar afectaciones digestivas, condicionadas por la incapacidad del organismo afectado para fijar determinados tipos de nutrientes.

Por último, y a más largo plazo, podemos hablar de malformaciones congénitas y desórdenes evolutivos en algunas especies. Por supuesto, estos efectos tan graves suelen producirse en áreas donde se irradian plaguicidas muy tóxicos con bastante frecuencia y en cantidad.

Aunque puedan ser casos extremos, esto es solo una muestra de efectos potenciales. Lo mejor para evitarlos es conocer a profundidad las características de cada plaguicida, y usarlo bajo las indicaciones y protecciones recomendadas.