Disfunción de la excitación sexual

Disfunción de la excitación sexual

La falta de comunicación en la pareja, el miedo a hacer el ridículo, los cambios de posiciones durante el acto sexual, las preocupaciones, el tabaquismo, o incluso, a la hora de colocar el condón, sin duda, no son pocos los factores que pueden desencadenar una disminución en la excitación sexual de las personas, y aunque se trata de una problemática asociada comúnmente a los hombres, las mujeres también puede ser víctimas de este padecimiento. ¿Cómo identificarla y cómo evitarla? Aquí te lo decimos todo.

Desentrañando la disfunción de la excitación sexual

A menudo este problema aparece al comienzo de una relación de pareja. Aunque las mujeres también pueden llegar a experimentar estos escenarios disfuncionales, los hombres son más propensos a padecerlos. Evidentemente, es en los individuos del sexo masculino donde más se denota este problema, específicamente a través de la impotencia o disfunción eréctil.

Los especialistas médicos establecen además otros criterios asociados al tema, por lo que la disfunción de la excitación sexual puede acontecer de manera temporal, ante determinadas situaciones (estrés, depresión, ansiedad, etc.), desde o durante la práctica del coito, a partir de cierta edad, o incluso, teniendo en cuenta otros factores orgánicos.

Todo está en la mente

En la mayoría de las ocasiones, la disfunción de la excitación sexual tiene un origen psicológico, por lo que se recomienda evitar el uso de medicamentos que podrían agravar la situación. En estos casos, lo más importante es recurrir a un tratamiento psicoterapéutico adecuado, de modo que las parejas puedan encontrar la solución a través de sus propias capacidades (puedes obtener más información aquí).

Frecuentemente, la disfunción de la excitación sexual muestra un carácter multifactorial, donde se identifican principalmente algunos elementos como: extrema autoexigencia, necesidad de tener todo bajo control, tratar de agradar a la pareja, enfocarse más en el placer ajeno, sentir miedo, angustiarse por los problemas externos (inestabilidad económica, carga excesiva de trabajo), etc.

¿Perfectamente normal?

La disfunción de le excitación sexual es un escenario circunstancial que debe ser asumido como algo perfectamente normal. Cuando sentimos ansiedad, miedo, frustración, enojo, o tal vez cuando nos sentimos distraídos, nuestra respuesta sexual no es todo lo que se espera que sea, pero si vemos la situación como algo normal y menos como un problema, pronto podremos resolverla y continuar viviendo de nuestra vida sexual a tope.

Para tener una idea, debemos conocer que la erección se produce a través de un estímulo sexual que activa el sistema nervioso y permite que la sangre circule por los músculos del pene, dilatando los vasos sanguíneos y logrando así el proceso de la erección. Por otro lado, la adrenalina, es la sustancia encargada de contraer el músculo del pene, lo que en otras palabras significa que, ante una tensión o determinado tipo de estrés, el músculo reproductor masculino quedará privado de la erección.

Por si fuera poco, cada vez que experimentamos un escenario de disfunción eréctil, estamos creando un efecto “bola de nieve”, donde el propio problema se convierte en uno mayor, dando lugar entonces a un círculo vicioso del que es muy difícil salir. ¿Nuestra recomendación? Aliente a su pareja a que se centre solamente en disfrutar durante el acto sexual, sin preocuparse por más nada que no sea su placer.

¿Hoy no se pudo? No pasa nada. ¿Mañana tampoco? Pues lo seguimos intentando. Mientras más pronto deje de parecer un problema, más rápido desaparecerá.